Formas de mejorar la preparación de su comunidad ante las catástrofes
Durante 2017, Estados Unidos experimentó el mayor número de catástrofes de mil millones de dólares desde 2011, según la NOAA. Un total de 16 catástrofes distintas, entre ellas tres ciclones tropicales, ocho tormentas severas, dos inundaciones interiores, una helada en los cultivos, sequías e incendios forestales, paralizaron comunidades de todo el país. El coste acumulado de estas catástrofes superó los 300.000 millones de dólares, un nuevo récord anual en Estados Unidos, y solo los daños causados por los huracanes Harvey, Irma y María fueron responsables de aproximadamente 265.000 millones de dólares de esa cifra.
No parece que la frecuencia de las catástrofes multimillonarias a gran escala vaya a disminuir en breve. El huracán Florence obligó a más de un millón de personas a huir de la costa este este mes, mientras que las tormentas en el noreste del océano Pacífico han generado la mayor "energía ciclónica acumulada" registrada hasta la primera semana de septiembre, según el el investigador de ciencias atmosféricas Phil Klotzbach en una entrevista con la NBC. Las depresiones tropicales se están alineando en el Atlántico y el Golfo, y los incendios forestales en el oeste generaron un devastador tornado de fuego con vientos de 143 mph.
Frente a tantas amenazas, las comunidades resilientes son aquellas preparadas de antemano para el peor de los escenarios.
Cultivar una mentalidad de mitigación de catástrofes
Las catástrofes pueden ser imprevisibles, pero las respuestas a las mismas no deberían serlo. Aunque es imposible prever todos los peligros potenciales, la guía de formación para la gestión de emergencias de la FEMA advierte de que no se debe confiar únicamente en la improvisación para responder a las catástrofes, ya que "improvisar e implementar acciones de respuesta lleva más tiempo que implementar acciones planificadas de antemano, y el tiempo suele ser muy limitado en una emergencia".
La elaboración de un plan de mitigación de riesgos formalizado pero flexible y el aprovisionamiento de suministros y equipos de emergencia tienen el potencial de salvar vidas, proteger bienes y reducir los costes asociados a la recuperación tras una catástrofe. Por ejemplo, disponer de un sistema de abastecimiento de agua de emergencia antes de una catástrofe garantiza que todos los miembros de una comunidad, incluidos los más vulnerables, tengan acceso inmediato a suministros de agua adecuados, al tiempo que elimina el coste exorbitante de abastecerse directamente de grandes volúmenes de agua.
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Implicar a la comunidad en la preparación ante emergencias
En una entrevista con Futurity sobre cómo gestionan las catástrofes las comunidades resilientesLaura A. Bakkensen, profesora adjunta de la Escuela de Gobierno y Políticas Públicas de la Universidad de Arizona, abordó tanto las ventajas de la preparación como el dilema de la indiferencia. "La investigación ha demostrado que ciertas estrategias de planificación avanzada pueden, en esencia, amortizarse reduciendo la magnitud de los daños causados por las catástrofes", afirmó. "Sin embargo, mi investigación actual sobre las inundaciones demuestra que la gente a veces puede olvidarse del riesgo de catástrofes hasta que ocurre una catástrofe".
La resiliencia depende del conocimiento. Es difícil responder eficazmente a una situación que nunca te has permitido considerar, pero muy poca gente quiere pensar en los peores escenarios. En algunos casos, la planificación anticipada encuentra incluso resistencia, ya que algunos pueden pensar que los recursos podrían emplearse mejor en otras áreas de gobierno. Educar e implicar a la comunidad en la preparación ante emergencias ofrece a la gente la oportunidad de comprender las vulnerabilidades y los riesgos, así como las ventajas de planificar con antelación.
Desarrollar acuerdos de ayuda y asistencia mutuas
Cuando una catástrofe se abate sobre una comunidad, rara vez deja a nadie indemne. Las ONG locales y las organizaciones de ayuda, así como el personal de emergencia de la comunidad y, en muchos casos, sus equipos y materiales, también se ven afectados. Los acuerdos de ayuda y asistencia mutuas entre agencias, organizaciones y jurisdicciones proporcionan un mecanismo para el despliegue inmediato de apoyo de emergencia antes, durante y después de una crisis.
Aunque los acuerdos de ayuda mutua proporcionan varias ventajas evidentes a las comunidades asediadas, ofrecen una serie de beneficios menos obvios. La coordinación con otras comunidades, regiones y organizaciones fomenta el intercambio de buenas prácticas y ofrece a los participantes más oportunidades de ensayar respuestas con mayor frecuencia.
Facilitar una respuesta y una recuperación rápidas
La elaboración de un plan de mitigación de riesgos, la participación y educación de la comunidad en materia de respuesta ante catástrofes y la firma de acuerdos de ayuda mutua facilitan una respuesta y una recuperación más rápidas en caso de crisis y mejoran la preparación de su comunidad ante las catástrofes. Quizá la necesidad más crítica tras una catástrofe sea la distribución de agua potable. Mientras que el ser humano puede sobrevivir casi un mes sin comida, menos de una semana sin agua puede ser fatal.
MECO equipa a las comunidades para responder a esta necesidad básica de forma rápida y fiable mediante la instalación de sistemas de purificación de agua. Nuestros sistemas de ósmosis inversa de última generación son ideales para la ayuda en caso de catástrofe. Son líderes del sector en términos de rendimiento, eficacia, longevidad y ausencia de mantenimiento. Tanto si se está preparando para la ayuda de emergencia en caso de catástrofe para una comunidad o una empresa, MECO ofrece los mejores sistemas de purificación de agua del mercado. Una amplia línea de productos tecnológicos y una dilatada experiencia permiten a MECO aportar soluciones valiosas y sostenibles a nuestros clientes.
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